When she's walking to the clouds''

Este 18 de septiembre se volverá a escuchar la canción del infortunio y melancolía. 40 años de la muerte de Hendrix. Con 40 años de ventaja para la muerte, este tipo demostró que su reino musical no era terrenal ni mucho menos. Ha sabido vencer a la muerte, al olvido.

Su vida fue de constante cambio y del constante evitar. Se metió en la armada para evitar ir a la carcel (la cual visitaría tiempo después), descubrió la guitarra blues en la armada para deshacerse de la soledad y evitar convertirse en el Elvis post-servicio militar, buscó ser guitarrista rítmico de varios blueseros underground para evitar la inanición, con todo su dolor tomó un avión para Londres para evitar la ignominia y falta de oportunidad en la norteamérica más racista del siglo XX. Se volvió el inmortal amante de la Stratocaster para evitar ser un negro odiado, sin un centavo y lleno de hijos.

El rock tocó la cumbre cuando, con muchos motivos encima y todo un público que entraría en la historia mirándolo como a un Mahoma, James escuchó desde la costa este de Estados Unidos los sonidos de bombas, disparos y gritos desesperanzados de muchos que caían en ese momento en un pequeño país arrocero del sur asíatico. Tomó James su Stratocaster, su amada, su compañera, y juntos supieron unir la hipocresía de un país que se decía libre y justo representado con su himno (star-spangled banner) junto con el telón de fondo que mostraba a aquél país de Ho Chi Mihns y otras locuras ''commies'' lleno de muertes civiles, odio y falta de blues, mucha falta de blues. Ahí el Rock supo de poderes que nunca había probado, probó la realidad.

 

 

​

 

 

 

 

 

 

 

 

 

And he's gone. He decided to take his train and we won't never hear his train comin'. Music really lost one master, the master, and his 3 studio albums got stuck in the art and history, showing us you don't really need to be, you have to be.

Hendrix: ''Let me stand next to your fire!''

 

Juan Merchán

Publicado en Revista CONTEXT UN
Septiembre 2010