top of page

Deberían acusarme

 

Deberían

Deberían acusarme! Inconcebible, irracional, ¡un delito!

En momentos tan crónicos de la nación, escenarios actuales llenos de desconfianza y de constante entierro de la esperanza, he cometido delito democrático; he votado dos veces.

Si se busca la mejor mezcla de placer, emoción y remembranza solo hay que escudriñar el propio pasado. Habiendo compartido ya lo necesario, habiendo repartido dolor en iguales cantidades y  movido por diferentes razones, volví a escenarios de romanticismo ya apropiadamente sepultados y, en mi permanente duda, busqué una nueva ocasión para posiblemente sentirme a gusto.

El actuar así e incitar al otro a también tomar el camino del recuerdo llevó a que ese otro se sintiera tan a gusto, tan vuelto al pasado, tan receptor de cariño atemporal, y decididamente dejará a un lado sus responsabilidades, que siendo fieles a la verdad nunca ha querido cumplir a cabalidad, para disponer de horas vitales las cuales usaría para despertarse plácidamente, tomar una bebida caliente, encender su TV para buscar noticias afables a su ideología y luego revisar las notificaciones de su red social y encontrar gritos de exasperación, gritos de batalla, que la impulsarían con contundencia y ya definitivamente a usar las horas restantes, con un evidente animo macabro, para salir de su casa en compañía de su familia, llegar al lugar de ilusiones artificiales, esperanzas de plástico, y votar por la guerra y el odio.

 

Voté dos veces.

 

 

Juan Merchán
Junio 2014

bottom of page